Estimado compañero/a:
Mi nombre es X y tengo 38 años.
Lo primero decirte que mucho mucho ánimo. Y lo segundo, decirte que no estás solo en esta lucha, que es dura, pero muchos estamos ahí contigo.
Esto podría sonar genérico, poco cercano, pero en mi caso en particular, créete que te entiendo, te comprendo, y te apoyo en la distancia aunque no nos conozcamos.
Soy un infectado del Covid-19. Sí, yo también he estado ingresado. Brevemente, te puedo decir que se me infectaron principalmente los pulmones, y como resultado, estoy recuperándome de una neumonía. En el hospital me trataron genial, dentro de las circunstancias, y aunque estuve siempre en planta, estaba todo el día con oxígeno para recuperar poco a poco los niveles normales en sangre.
¿Cómo me sentía?
Tenía muchos sentimientos encontrados, pero sobretodo, siempre confié en mi Dios Jehová. La familia, los amigos, y gente anónima me animaban con mensajes de apoyo, que hacían que la fiebre y la fatiga serían más llevaderas. Era la forma en que Jehová me ayudaba a luchar contra este virus que tanto a trastocado a nuestro mundo que pensábamos seguro, firme, inamovible.
Un texto bíblico que me anima es el que se encuentra en Isaías 40:29-31
"Él fortalece al que está cansado y llena de vigor al que está débil. 30 Hasta los muchachos se cansan y se agotan, los jóvenes también tropiezan y se caen, 31 pero los que ponen su esperanza en Jehová recobrarán las fuerzas. Alzarán el vuelo como si tuvieran alas de águila. Correrán y no se agotarán; andarán y no se cansarán".
Un fuerte abrazo. Como dijo aquel, que nos veamos dentro de poco en mejores circunstancias. Y sí, queda ya poco. ¡Muchísimo ánimo!
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