Le escribo para mandarle mi cariño y ánimo. Todos estamos confinados en casa y sabemos que seguramente para ustedes no
es fácil.
Deseamos que todo vuelva a la normalidad y que puedan volver a salir sin problemas y puedan estar cerca de las personas que aprecian.
Todas estas medidas que se toman, son para que ustedes estén bien, porque todos deseamos eso, su bienestar.
Aunque no estemos en espacios muy amplios, es bueno hacer algo de ejercicio, eso es algo que me ha ayudado mucho.
También me ha venido bien en este tiempo de confinamiento leer la palabra de Dios. Por ejemplo, en ella podemos ver promesas maravillosas como la que leemos en apocalipsis 21:4. Ahí dice: les secará toda lágrima de sus ojos, y la muerte ya no existirá, ni habrá más tristeza ni llanto ni dolor.
Nos anima saber que Dios quiere eliminar todo lo que nos causa dolor, entre ello las enfermedades.
¿Se imagina vivir en un mundo así? Cuando medito en estas palabras, mi corazón rebosa de alegría y quiero que usted se sienta igual.
Comments